| Durante la sesión de memoria celular la toma de conciencia es permanente, el consultante recupera con frecuencia la autoridad sobre sí mismo y la confianza en sus capacidades para sentirse mejor y autoequilibrarse.
Se descubre:
· cuál es el momento en donde el estrés se ha producido,
· cuál ha sido su causa,
· y se mide el nivel de carga negativa archivado,
haciendo una lectura desde la concepción de la persona hasta la fecha
Cada sesión de memoria celular se adapta a las necesidades propias de cada persona. A lo que le está sucediendo ahora y lo hace sufrir o tener dificultades.
El consultante se presenta por lo general diciendo yo soy este y me pasa esto. Con la aplicación de la sesión de memoria celular ayudamos a la persona a romper esta identificación disfuncional con la enfermedad o dificultad, hacerla salir de una situación como esa y redirigirla hacia un proceso de transformación que llegará hasta donde pueda llegar ese consultante particular, que lo hará evolucionar y liberarse de sus antiguas trabas.
Solemos vivir en automático.
Las emociones negativas de nuestro pasado bloquean nuestra percepción del presente y los problemas físicos pueden tener su causa última en conflictos emocionales del pasado no resueltos grabados en la memoria celular como cargas negativas activas, y no desactivadas como creemos en general porque ya hace mucho de tal o cual suceso. No siempre le damos el sentido debido a los acontecimientos que nos rodean, pero nuestro cuerpo conserva una memoria intachable de todo.
Es un registro histórico de lo que recordamos y de lo que no podemos y hemos decidido no recordar.
Por ello la memoria celular propone apagar el automático rompiendo el círculo de repeticiones involuntarias de nuestra vida y empezar a elegir qué hacer, cómo, cuándo y qué no; es decir, elegir vivir ya no condicionados o compulsivamente.
Los síntomas, los problemas y las enfermedades:
Las cargas negativas o la energía retenida a lo largo de la historia de una persona terminan con el tiempo manifestándose de diferentes formas: preocupaciones excesivas repetitivas, problemas de comportamiento, de estudio e incluso dislexias de lectura, comprensión y cálculos, repeticiones de conducta, sufrimientos, síntomas, somatizaciones, problemas de peso, ansiedades laborales y personales, compulsiones, adicciones, etc.
La desprogramación de la memoria celular negativa es una maniobra preventiva.
Al limpiar cargas y archivos disfuncionales, nos permite «desprogramarnos», no condicionarnos para enfermar y detener procesos que con el tiempo nos harían llegar, muy probablemente, a una situación de disfunción orgánica y/emocional –conductual.
Al provocar este tipo de cambios terapéuticos, la decodificación celular nos faculta para ejercer nuestra libertad y poder ELEGIR el futuro que realmente queremos.
Las correcciones llevadas a cabo en una sesión de memoria celular se graban como información nueva que se imprime en las células del cuerpo. Es decir, todo un mundo de nuevas opciones comportamentales se abre para el consultante.
Además del trabajo individual, de parejas, con niños, de familias la sesión de memoria celular es una herramienta muy buena para ser aplicada en grupos de diversa índole en donde se hace necesario equilibrar las cargas y recuperar el funcionamiento, desbloqueando circuitos que traban talentos, y que nos alejan de una alineación de nuestro ser.
Elegir vivir sin tanto control y desplegar las capacidades bloqueadas de nuestro espíritu, solo se consigue, si aceptamos vernos como una gran unidad que tiene dentro todo lo que es y todo lo que puede llegar a ser.
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